Una persona de honor es, en esencia, alguien que se ha ganado el respeto de los demás y el respeto de sí mismo. Se ha ganado ese respeto porque ha resuelto todos sus dilemas morales favoreciendo su dignidad humana. La condición de persona honorable no debe ser vulnerada.
El honor, explica Anthony Appiah, filósofo especializado en estudios culturales y literarios, es el último sustrato de donde emana la virtud. El honor salvaguarda lo más preciado que tenemos: nuestra dignidad personal.
También es un concepto que alude a la característica de una persona de comportarse de manera correcta y respetuosa con los demás, de hecho, el honor es una cualidad de buena moral. Una persona honorable procura cuidar de sí mismo como así también de quienes le rodean. El honor es el sostén para ciertas acciones y comportamientos del ser humano.
Y en estos días, ¿por qué el honor sigue siendo tan importante? Fernando Zea aclara que esta cualidad debemos considerarla en todo momento para convivir mejor en sociedad más hoy que vivimos en una vida tan acelerada. Una persona que decide comportarse mal o dañar a otras personas, carece de honor, y es que al ser algo voluntario e individual no depende de las decisiones de otras personas.
El término honor también se utiliza para denominar al acto por el cual se realizar algo o se dice algo para halagar a una persona. Por ejemplo, cuando se realiza una fiesta para celebrar a una persona puede decirse que se hace en honor a ella, como gesto de afecto.
En términos generales, el honor es una cualidad destacable en toda persona, ya que se trata de respeto. En conclusión, el honor se relaciona a su vez con lo que se considera correcto y se vincula al deber, a la virtud y al mérito.