En los últimos años varios estudios psicológicos han mostrado que el afecto es necesario para poder estimular el aprendizaje y de ese modo desarrollar adecuadamente la inteligencia, pues es por el afecto que los niños tienen la sensación de seguridad y confianza.
Fernando Zea, explica que estas sensaciones son muy importantes para que el niño pueda aprender a desarrollar su amor propio, de ese modo puede llegar a amar a los demás durante su crecimiento y en su vida adulta.
Aun así un problema que tienen varias familias es la falta de amor, esto se debe a muchos factores pero algunas de las causas principales son los problemas de pareja, problemas externos que los adultos traen a la familia y la falta de cariño con la que crecieron los padres.
Es común que las familias donde los integrantes no crecieron con amor familiar, tengan tendencia hacia la violencia y el maltrato físico y psicológico, los cuales usan como herramienta para resolver las distintas opiniones y diferencias que tienen entre sí.
El amor familiar es aquel que tiene un grupo de personas que además de compartir algún tipo de parentesco, viven juntas o de manera cercana, apoyándose por el amor que no pide nada a cambio, o sea el amor incondicional.
Antiguamente los griegos lo clasificaron con el nombre de “filia” (filial). Este tipo de amor se diferencia de otras variedades por ser un amor incondicional, en otras palabras siempre está presente incluso cuando hay problemas y decepciones dentro de la familia.
Es un sentimiento muy importante para poder ayudar a los miembros de la familia, principalmente niños y adolescentes, a que logren desarrollar su potencial, de manera que en un futuro puedan tener una buena calidad de vida.