Los expertos consideran que el metaverso puede mejorar la enseñanza-aprendizaje, pero que su uso requiere de perfeccionar la tecnología, facilitar el acceso a ella, crear contenidos inmersivos y transformar el rol de los docentes, entre otros aspectos.
Con cascos de realidad virtual y personificados como avatares, un grupo de alumnos se adentra en el espacio para conocer de cerca el sistema solar, de la mano de su profesor, para luego realizar una yincana virtual con pruebas relacionadas con los planetas que acaban de explorar y terminar la clase con una meditación grupal entre las estrellas. Así es como se podría aplicar la enseñanza-aprendizaje en el metaverso, según expertos de la Universidad de Stanford que ya cuentan con un curso completo que se imparte a través de esta nueva tecnología.
El metaverso acapara la atención de la sociedad desde que, en octubre de 2021, Mark Zuckerberg, director de Meta, antes Facebook, anunciara que sus esfuerzos se centrarán en desarrollar y perfeccionar esta tecnología, a la que ha definido como una realidad digital alternativa en la que las personas podrán trabajar, aprender, jugar y socializar.
Otras empresas tecnológicas, como Microsoft, Telefónica, Orange o Amazon, se han interesado también en esta tecnología. Además, han surgido multitud de artículos de opinión de expertos en TIC, reportajes e incluso formaciones en torno al metaverso, e informes sobre las aplicaciones y consecuencias que puede tener en la sociedad en general y la educación en particular.
De hecho, un estudio reciente de la consultora PwC, que ha encuestado a 1.004 líderes empresariales estadounidenses, asegura que el 67% participa activamente en el desarrollo del metaverso y busca implementarlo en su empresa para ofrecer formación a sus empleados (42%) o facilitar la interacción entre ellos (36%).
Para reflexionar sobre el impacto de esta tecnología en el ámbito educativo y de la formación, así como los retos que comporta, en Educaweb lanzamos un nuevo monográfico centrado en el metaverso en la educación y la formación. Los articulistas participantes ven en esta nueva tecnología una oportunidad para mejorar la enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, se requerirá de infraestructura, facilidad de acceso, contenidos inmersivos, formación del profesorado y una normativa clara, entre otros aspectos, para que pueda realmente aplicarse con seguridad y de manera generalizada.
El metaverso tendrá mayor impacto en el ámbito de la educación y formación virtual (63%), el entretenimiento (61%), los videojuegos (57%), las reuniones de trabajo (55%) y la manera de socializar y los recursos relacionados con la salud (ambos con un 54%), según un estudio elaborado por la consultora Ipsos y el Foro Económico Mundial en 29 países.
Expertos y empresas tecnológicas ven en esta tecnología una oportunidad para mejorar la enseñanza-aprendizaje. Es el caso del experto Marc Cortés, quien en entrevista asegura que esta ampliará los límites y posibilidades de la educación, y que servirá como «un complemento en los procesos educativos».
El metaverso permite aproximarse a contenidos imposibles en un aula tradicional, acceso a ubicaciones extremas o para sustituir experiencias de alto riesgo. Como ejemplo plantea que el alumnado de una carrera de Medicina explore el cuerpo humano por dentro con gafas de realidad virtual, o que cuerpos de emergencia hagan simulaciones antes de eventos riesgosos, como podría ser un ataque terrorista o un incendio incontrolable.