La transformación digital es un proceso que tiene lugar desde hace años, pero que se vio fuertemente acelerado a raíz de la pandemia.
Esta transformación, que sucede sobre todo en el ambiente laboral, trae consigo un cambio en el perfil de los profesionales.
Si bien la educación, los títulos y las certificaciones son importantes para las organizaciones, hay otras habilidades, las bien mencionadas “las habilidades blandas” que están obteniendo más y más relevancia con el avance de las transformaciones en el entorno laboral.
- Aprendizaje continuo: Como la tecnología provoca cambios en el mercado y en los consumidores cada día, se necesita vocación de permanecer en estado de aprendizaje. Por eso, la capacitación
permanente toma un protagonismo inédito. - Tolerancia al error: Como los retos del futuro son desconocidos, el profesional de IT debe probar, ensayar y proponer soluciones, observando en el camino qué funciona y qué no. Se trata de la
capacidad de considerar los errores como oportunidades para construir y no como obstáculos. - Aprendizaje colaborativo: Capacidad de adaptarse a estructuras organizacionales con el fin de desplegar y descubrir nuevas habilidades.
- Voluntad de enseñar: Con equipos expuestos a metodologías ágiles que promueven la innovación, se requiere profesionales que compartan sus conocimientos.
- Movimiento: Ser exigentes, apasionados, adaptarse a los cambios y mantener viva la inquietud por seguir creciendo.
En sí, el tema de las competencias se dividen en personales y laborales. En el mundo laboral, las competencias son aquellas habilidades, fortalezas o virtudes que nos permiten desarrollar nuestro puesto de una forma más profesional.
En breve, las competencias suaves o “soft skills” son habilidades personales que poseemos y que se pueden utilizar en cualquier campo en el que nos desempeñemos y que nos ayudan a interactuar con los demás.